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AL FINAL DEL ARCO IRIS



¿Qué se oculta al final del arco iris? Risas, lágrimas, u oro… quizá.

Existe un mito que ha recorrido el mundo de boca en boca, un mito fantasioso que ha despertado la codicia de los supersticiosos y ha provocado la burla de los escépticos; un mito que promete riqueza para quien cruce el umbral de color.

¿Los duendes existen? Se dice que un duende es el que te esperará cuando llegues al final del arco iris, y que él mismo; el pequeño duende vestido de overol, te hará entrega de su preciado tesoro: La olla de oro.

¿Alguna vez te has detenido a pensar cuán verdadera es esta historia? Seguramente responderás que sí; pero te aseguro que no te imaginas la verdadera índole del cuento, porque las cosas no siempre son lo que aparentan, y nosotras las personas debemos aprenderlo de las peores maneras.

Yo una vez fui alguien como tú, un creyente, cazador de verdades e incansable descubridor de mentiras; ahora veme, un cautivo privado de lo que más anhela: su libertad. Descuida, no te apiades de mi dolorosa existencia, pues mi condena pronto llegará a su fin, para dar inicio a la tuya. Puedo ver la incomprensión asomando por tus bellos ojos, y es que esto no es lo que esperabas; has encontrado la olla de oro, pero has dejado tu libertad en el trayecto. Sé que has sacrificado mucho por este momento de riqueza, has llorado, te han herido y por sobretodo, abandonaste todo cuanto amabas ¿y para qué? Por seguir a una quimera; sin embargo continuaste inquebrantable y te guiaste por los trazos de color, llegaste al final del arco iris y me encontraste, al hombre olvidado y tu verdugo.

Es el momento y tus lágrimas caen sobre el verde pasto cuan rocío matutino. Sé que en el fondo no estarás sola, pues yo no te abandonaré, no como mi antecesor lo hizo; sé que cuando las cadenas abandonen mis muñecas para apresar las tuyas, te dolerá lacerantemente y yo estaré allí sosteniendo tus manos, rogando por que todo acabe. Así que tranquila, levanta tus brazos y deja de llorar, limpia esas gotas que apuñalan mi corazón y sonríe, pues en esta eternidad amarga a la que te arrojas ahora, no estarás sola, no pasarás por lo que yo sufrí. Juntos aguardaremos al próximo incauto que busque la olla y juntos te liberaremos de este suplicio, porque tu mirada ha conmovido a este corazón congelado y he decidido ser tu compañero, fiel hasta el final.

Sí, esta es la verdad que se oculta al final del arco iris: las lágrimas del que está por iniciarse, las risas del guardián liberado y el oro, el oro que se te es entregado a cambio de tu libertad.


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